1. Dos llamados
Aquellos que han comparado los cuatro evangelios saben que la Biblia no está escrita en orden cronológico. Por lo tanto, este evento, que aparece en Mateo, Marcos y Lucas, probablemente sea el mismo. Sin embargo, decidí separarlo en dos eventos para narrarlo, como mencioné anteriormente, asumiendo que los evangelios están escritos en un orden más o menos cronológico. Además, hay otra razón: quería interpretar personalmente el significado de las palabras de Pedro en el Evangelio de Lucas: "Señor, apártate de mí; soy un pecador."
Si contrastamos este pasaje con el Evangelio de Juan, vemos que Pedro ya conocía a Jesús y lo seguía. Entonces, ¿por qué de repente hace esta confesión diciendo que es un pecador y pidiendo que Jesús se aleje? Si leemos este texto sin reflexionar demasiado, podríamos simplemente aceptarlo tal cual. Sin embargo, para mí esta parte no tiene sentido; parece una confesión demasiado inesperada. Al principio pensé que tal vez Pedro se había decepcionado con Jesús por su discreción al evitar mostrarse abiertamente y que por eso se había alejado temporalmente. Pero esta interpretación parecía desviarse demasiado del contexto bíblico. Por ello, decidí centrarme en los problemas reales que enfrentan quienes creen en Jesús y lo siguen como discípulos: problemas económicos y conflictos familiares.
A menudo esperamos que creer en Dios resuelva todos los problemas de nuestra vida. Sin embargo, la realidad es que creer no garantiza bendiciones terrenales. Dios puede darnos bendiciones o no hacerlo según el camino por el cual nos guíe y cómo decida utilizarnos. Lo único que podemos hacer es elegir cómo vivir cada día en el Señor. Y creo que incluso enfrentar estas preocupaciones reales puede ser visto con buenos ojos por Dios y Jesús. Tal como en esta historia, donde las preocupaciones de Pedro sobre su sustento fueron respondidas con una abundancia de peces.
"Los peces son para tu familia; tú sígueme."
Para mí, las palabras de Jesús "No temas" suenan así. Al pensar de esta manera, puedo imaginar el futuro de estos peces abandonados. Aunque no está escrito en la Biblia, me imagino a Zebedeo, el padre de Santiago y Juan, encontrando las dos barcas llenas de peces y vendiéndolos para entregar el dinero a la familia de Pedro. ¿Qué importa? Al fin y al cabo, si no está escrito en la Biblia, podemos imaginarlo de manera positiva.